Debo
reconocer que siempre fui la típica niña que ama los juguetes y que alucinaba
cuando aparecía uno nuevo en televisión y alucinaba más aún cuando lo veía en
vitrina. Recuerdo con mucho cariño un momento de mi infancia en que estaba de
moda una muñeca que respiraba, y que me regalaron para navidad. La cuide como
si fuera mi hija e incluso hasta el día de hoy la tengo.
Al parecer el amor a los juguetes nacía fácilmente
en mí, pero al tratar de confeccionar uno ahora siendo grande, me doy cuenta de
la gran dificultad y tiempo que se requiere para que el diseño realmente cumpla
una función y por sobre todo que entretenga a los niños y niñas, y actualmente
porque no a adultos y adultos mayores. Debo reconocer mi admiración a aquellas
personas que se ingenian para crear juegos de diversos tipos, para diferentes
edades, enfocados en diferentes destrezas, para lo cual seguramente están días,
meses o quizás años pensando en cómo llevarlos a cabo y cada vez encontrando
una forma de perfeccionarlo.
A mi
grupo de trabajo le toco realizar un juego para un niño de 6 años al cual le
cuesta relacionarse con sus pares y cuyos intereses son construir con legos,
armar puzles y jugar con el teléfono celular de su papá. Nos tomó tiempo en
pensar un tipo de juego que incluyese
todos sus intereses o la mayor parte de ellos, hasta que llegamos a la decisión
de realizar un juego de mesa estilo ludo, bien colorido para que llamara la
atención del niño. Fue divertido ver como el formato de juego surgió espontáneamente
cuando una de mis compañeras dibujó una serpiente y con eso surgió la idea de
hacer un ludo con forma de serpiente, al cual llamamos “Boa Constructora”,
juego que no sólo incluye intereses del niño como la construcción, sino que
además es un juego que tiene la necesidad de ser jugado con un grupo, lo que
fomentará la interacción con otros niños/as. En Boa Constructora habrá algunas estaciones que propondrán desafíos
a los niños/as, los cuales consistirán en realizar construcciones de figuras
para poder seguir avanzando en el juego.
En la
medida en que con mi grupo íbamos creando el juego, iban surgiendo nuevas ideas que modificaban las anteriores, construyendo
así, poco a poco lo que finalmente dio como resultado final a Boa Constructora.
Me gustó el proceso en que cada uno aportaba con una idea o un detalle, dándose
un espacio muy agradable en el momento en que construimos y pintamos las piezas
de construcción y el tablero.
Considero
que esta actividad se relaciona mucho con nuestra profesión que nos exige ser
creativos a cada instante, y con esta actividad me di cuenta de que la creatividad está en la simpleza. Por más que
tratamos de pensar en un juego sensacional, confeccionamos algo sencillo, que
pese a su simpleza cumple objetivos tanto terapéuticos como lo es fomentar la
interacción social del niño mediante actividades interesantes para él, pero por
sobre todo cumple el objetivo de entretener.
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